jueves, 4 de octubre de 2012

El mundo es un pañuelo

Después de pasar una noche bastante mala por culpa de los nervios que me originó recibir la llamada a las 21:30 que me alertaba de que empezaba al día siguiente, a las 8, y sin tener yo nada preparado a esas horas, ayer, miércoles, me incorporé a mi nuevo trabajo.Y, nada más entrar, me llevé la primera sorpresa.

Llegué a la escuela con bastante antelación. Allí me recibió la directora, que me dió mi ropa de trabajo y me llevó al aula donde tengo que recibir a los alumnos a primera hora de la mañana. Su intención la de presentarme a mi compañera de aula pero cuando esta entro por la puerta, no pudimos evitar estallar las dos de alegría y darnos un abrazo enorme, ante la incredulidad de la monja, que nos miraba atónitas y nos preguntaba si nos conocíamos ya. ¡Y tanto que sí! Como que fuimos compañeras de módulo y de prácticas. Tan bien nos entendíamos que incluso hicimos juntas el proyecto final del ciclo ¡¡¡y sacamos un 10!!! No podía empezar mejor la cosa.

Supongo que sería ella la que se quedó en el puesto que me ofrecieron en septiembre, cuando hice la entrevista. Si cuando dicen que el mundo es un pañuelo...

Por lo demás, todo marcha con la evidente cautela con la que nos enfrentamos cuando entramos en un sitio nuevo. Y es que, en lugar de los peques, estos días soy yo la que se encuentra en pleno periodo de adaptación: intentando aprenderme en un tiempo récord los nombres de más de una treintena de niños, adaptándome a la forma de trabajo de esta escuela -que aunque todas llevas una metodología similar, siempre hay cambios de unas a otras-, tanteando el ambiente de trabajo (que al ser religioso me resulta bastante desconocido) y tratando de sortear las molestias que pueden surgir a veces al tener de forma temporal en una misma clase a niños de un año con niños cercanos a los tres por las obras en nuestra aula (lo que esperamos esté subsanado para la semana que viene).

Dicho todo esto, creo que no me puedo quejar. Por mucho que las empresas se aprovechen de la situación y me hayan hecho un contrato que cualquiera tildaría de precario, debo ver el lado positivo. El trabajo ha llegado cuando más lo necesitaba yo y cuando más escasea en todas partes.Además me encuentro en un momento en que debo darle más importancia al adquirir experiencia que al aspecto económico.

Paso a paso...

1 comentario:

amelche dijo...

De momento, disfrútalo en lo que puedas y, como dices, adquiere práctica. Un abrazo.